Año Nuevo, Vida Nueva
Desde hace siete años tenia el sueño de conocer Alemania y vivir varios años allí. A través de esta experiencia quiero aprender no solo sobre la sociedad alemana, sino también tomar consciencia de las características de la vida en Argentina. De paso me gustaría conocer Europa y aprender sobre el desarrollo y los problemas de la Comunidad Europea.
El 31 de diciembre llegue a Frankfurt y ya tuve mi primera decepción: el tiempo de espera de las valijas en el aeropuerto no fue exacto y la estimación le érro por un par de minutos.
Tom y su amigo Theo me pasaron a buscar y fuimos al departamento donde con más de 18 personas íbamos a festejar la llegada del nuevo año. A las seis de la tarde de abrieron las primeras cervezas y a las seis o siete de la noche cada uno busco un lugar libre en el piso para descansar un rato. Yo me tire al lado de la ventana, y me morí de frío.
El departamento tiene un balcón y desde allí se ve todo Frankfurt y tiramos fuegos artificiales. El espectáculo duró casi 20 minutos y al final un par de borrachos prendieron algunas cañitas voladoras y las dejaron caer en los balcones de abajo. Por suerte no había nadie allí. Después de esto, decidimos ir a un boliche. Nos decidimos tarde y por estar en Alemania no pudimos entrar. En este país se respeta a rajatabla la capacidad máxima de los locales y 20 minutos de espera nos pareció mucho tiempo. Durante la vuelta todos se quejaron de los €30 en total que gastaron para ir.
Al otro día fuimos a Iserlohn y así vi por primera vez nieve. Era poca según los alemanes pero para mí era suficiente. A pesar de llevar puesta una campera comprada en Argentina, los -5°C no los sentí. Iserlohn es un pueblo pequeño, con casas con jardin muy bien cuidadas y con un centro bastante moderno. La familia y los amigos de Tom son muy simpaticos. Se preocuparon siempre en hablar despacio para que entendiera.
Al otro día fuimos a una pista de Karting. Los autos andaban bastante rapido y me sorprendió la cantidad de medidas de seguridad. Pero es algo típico de Alemania.
Los alemanes mueren por la comida italiana y el sabado a la noche fuimos con toda la familia a una pizzeria. Al otro día me toco conocer el aspecto negativo de la nieve: la limpieza de las veredas. No lleva mucho tiempo pero con el tiempo se vuelve algo molesto.
Durante los primeros cuatros días me sentí adentro de una pecera. No entendía casi nada de lo que se hablaba y solo podía responder una pregunta si me hablaban despacio. Pero yo había elegido conocer Alemania por lo que me lo tome con calma.
El domingo a la noche viajamos con Tom al Bildung Hotel donde voy a pasar las próximas semanas. Al llegar a la recepción no me salian las palabras, asi que Tom me ayudo. En el ascensor conocí a Gonzalo, un chileno que iba a ser mi compañero de aventuras por las próximas semanas. Termine el día compartiendo la cena con el resto de los becarios.
El 31 de diciembre llegue a Frankfurt y ya tuve mi primera decepción: el tiempo de espera de las valijas en el aeropuerto no fue exacto y la estimación le érro por un par de minutos.
Tom y su amigo Theo me pasaron a buscar y fuimos al departamento donde con más de 18 personas íbamos a festejar la llegada del nuevo año. A las seis de la tarde de abrieron las primeras cervezas y a las seis o siete de la noche cada uno busco un lugar libre en el piso para descansar un rato. Yo me tire al lado de la ventana, y me morí de frío.
El departamento tiene un balcón y desde allí se ve todo Frankfurt y tiramos fuegos artificiales. El espectáculo duró casi 20 minutos y al final un par de borrachos prendieron algunas cañitas voladoras y las dejaron caer en los balcones de abajo. Por suerte no había nadie allí. Después de esto, decidimos ir a un boliche. Nos decidimos tarde y por estar en Alemania no pudimos entrar. En este país se respeta a rajatabla la capacidad máxima de los locales y 20 minutos de espera nos pareció mucho tiempo. Durante la vuelta todos se quejaron de los €30 en total que gastaron para ir.
Al otro día fuimos a Iserlohn y así vi por primera vez nieve. Era poca según los alemanes pero para mí era suficiente. A pesar de llevar puesta una campera comprada en Argentina, los -5°C no los sentí. Iserlohn es un pueblo pequeño, con casas con jardin muy bien cuidadas y con un centro bastante moderno. La familia y los amigos de Tom son muy simpaticos. Se preocuparon siempre en hablar despacio para que entendiera.
Al otro día fuimos a una pista de Karting. Los autos andaban bastante rapido y me sorprendió la cantidad de medidas de seguridad. Pero es algo típico de Alemania.
Los alemanes mueren por la comida italiana y el sabado a la noche fuimos con toda la familia a una pizzeria. Al otro día me toco conocer el aspecto negativo de la nieve: la limpieza de las veredas. No lleva mucho tiempo pero con el tiempo se vuelve algo molesto.
Durante los primeros cuatros días me sentí adentro de una pecera. No entendía casi nada de lo que se hablaba y solo podía responder una pregunta si me hablaban despacio. Pero yo había elegido conocer Alemania por lo que me lo tome con calma.
El domingo a la noche viajamos con Tom al Bildung Hotel donde voy a pasar las próximas semanas. Al llegar a la recepción no me salian las palabras, asi que Tom me ayudo. En el ascensor conocí a Gonzalo, un chileno que iba a ser mi compañero de aventuras por las próximas semanas. Termine el día compartiendo la cena con el resto de los becarios.
0 comentarios: