Amsterdam
Después de varias advertencias de nuestros profesores sobre los riesgos de volver a Alemania con algún tipo de sustancia prohibida, hoy pasamos el día en esa pequeña ciudad, realmente muy pequeña. Me gustaron mucho los canales, que a diferencia de Brujas, son más espaciosos, con lo que se puede ver el cielo. Por la ausencia de autos y la gran cantidad de bicicletas, no hay trafico y lo que es mejor, no se escucha ese ruido de fondo de las avenidas de Buenos Aires.
Siento decepcionarlos pero mi visita a la ciudad fue bastante tranquila, no entre a ningún coffe shop y tampoco visite la zona roja.
Primero caminamos un poco, para tener una idea de la atmósfera de la capital holandesa y después decidimos ir al museo de La Biblia. No soy muy religioso por lo que al principio no me convenció la idea. Pero debo decir que estuvo muy bueno porque me permitió conocer un poco más acerca de la historia del Cristianismo, del Judaísmo y del Islam. Además había un gráfico con una linea de tiempo que mostraba todas las invasiones que sufrieron los habitantes de Jerusalén y la cantidad de veces que el templo fue reconstruido.
Después de eso, fuimos al Museo Van Gogh. Me gusto mucho ver las pinturas en vivo y en directo. Pero lo que me pareció más importante, y creo que fue lo que despertó mi interés por el expresionismo, fueron las explicaciones que colgaban al lado de cada obra. En ellas había pasajes de la vida del artista junto con comentarios sobre las influencias que había recibido para pintar con ese estilo. Esto le daba sentido a las pinturas.
Al final visitamos la casa de Ana Frank con el resto del grupo de becarios. Hay muchos detalles sobre cómo el padre de Ana fue preparando la casa como escondite y cómo fueron ayudados por los empleados. Las habitaciones están vacías pero uno se puede imaginar angustiante que debe haber sido vivir casi tres años entre esas paredes. Hay también una sala dedicada al campo de concentración de Auschwitz que es un poco triste, ya que muestra que el único sobreviviente de la familia fue el padre.
Siento decepcionarlos pero mi visita a la ciudad fue bastante tranquila, no entre a ningún coffe shop y tampoco visite la zona roja.
Primero caminamos un poco, para tener una idea de la atmósfera de la capital holandesa y después decidimos ir al museo de La Biblia. No soy muy religioso por lo que al principio no me convenció la idea. Pero debo decir que estuvo muy bueno porque me permitió conocer un poco más acerca de la historia del Cristianismo, del Judaísmo y del Islam. Además había un gráfico con una linea de tiempo que mostraba todas las invasiones que sufrieron los habitantes de Jerusalén y la cantidad de veces que el templo fue reconstruido.
Después de eso, fuimos al Museo Van Gogh. Me gusto mucho ver las pinturas en vivo y en directo. Pero lo que me pareció más importante, y creo que fue lo que despertó mi interés por el expresionismo, fueron las explicaciones que colgaban al lado de cada obra. En ellas había pasajes de la vida del artista junto con comentarios sobre las influencias que había recibido para pintar con ese estilo. Esto le daba sentido a las pinturas.
Al final visitamos la casa de Ana Frank con el resto del grupo de becarios. Hay muchos detalles sobre cómo el padre de Ana fue preparando la casa como escondite y cómo fueron ayudados por los empleados. Las habitaciones están vacías pero uno se puede imaginar angustiante que debe haber sido vivir casi tres años entre esas paredes. Hay también una sala dedicada al campo de concentración de Auschwitz que es un poco triste, ya que muestra que el único sobreviviente de la familia fue el padre.
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