7 horas en un museo
Después de visitar el British Museum y el Musée du Louvre, aprendí que se necesita mucho tiempo para conocer solamente uno de estos colosos. El Deutsches Museum no es la excepción con su colección de casi 100.000 objetos. Así que elegí las 10 salas que más me interesaban y decidí pasar el día allí dentro y aprender sobre el desarrollo técnico de Alemania y del mundo entero.

La estrella del circo es la sala de nuevas tecnologías. Allí hay una exposición que recorre el origen, el presente y el futuro de la nanotecnología y la ingeniería genética. Uno aprende allí como algunos animales o plantas utilizan nanocompuestos. Por ejemplo, el Gecko para las sopapas que tienen en las patas. Estas le permiten escalar con facilidad. Un protagonista esencial para el desarrollo de esta ciencia fueron los microscopios electrónicos y hay una sector que cuenta su historia. En el caso de la genética, una empresa farmacéutica narra todas las etapas de desarrollo de los medicamentos genéticos. También se puede leer no solo sobre el potencial de las células madres sino también de la controversia que suscitan.
La exposición es interactiva, cada vitrina tiene pantallas táctiles gigantes y cada vez que uno acerca la mano a un objeto, la pantalla muestra información, videos y gráficos sobre el mismo. Al final, se pueden ver todos los objetos de uso cotidiano que emplean ya nanotecnología o ingeniería genética. Aunque los peligros de estas nuevas herramientas de la ciencia son nombrados, me gustaría que les hubieran dado más lugar en la exposición.

Las salas relacionadas con las fuentes de energía aportan mucha información sobre el desarrollo de las energías renovables en Alemania. Pero también está presente la energía nuclear y uno puede entrar al núcleo de un reactor. Allí se ve el grosor de cada una de las paredes que componen la cámara. El último revestimiento de cemento y acero tiene casi un metro de ancho, así que se pueden imaginar el peligro de la radiactividad para la vida humana. También se puede aprender del problema que plantean los residuos radiactivos. A pesar que solo el 2% de la basura genera el 95% de la radiactividad, no hay en el mundo un deposito para los mismos que no tenga actividad termal. Es decir, que sea apto para su almacenamiento durante miles de años.

La sala de los premios alemanes del futuro (Deutsches Zukunftspreis) son entregados a investigaciones claves para el desarrollo de la industria alemana. Por ejemplo, el desarrollo de Biochips, Nanosensores, Biocatalizadores y sistemas de reconomiento de voz simultaneo que pueden ser embebidos en celulares.
En los pasillos del museo, distintas empresas exponen sus creaciones. La que más me gusto fue un programa de reconocimiento facial que calculaba la edad y el estado de animo. En mi caso me dio 23 años y no puede lograr que me dijera que estaba contento. Me gustaría probarlo con algunas chicas para ver qué tan bien descubre su edad.
Fotos: Deutches Museum Web Site

La estrella del circo es la sala de nuevas tecnologías. Allí hay una exposición que recorre el origen, el presente y el futuro de la nanotecnología y la ingeniería genética. Uno aprende allí como algunos animales o plantas utilizan nanocompuestos. Por ejemplo, el Gecko para las sopapas que tienen en las patas. Estas le permiten escalar con facilidad. Un protagonista esencial para el desarrollo de esta ciencia fueron los microscopios electrónicos y hay una sector que cuenta su historia. En el caso de la genética, una empresa farmacéutica narra todas las etapas de desarrollo de los medicamentos genéticos. También se puede leer no solo sobre el potencial de las células madres sino también de la controversia que suscitan.
La exposición es interactiva, cada vitrina tiene pantallas táctiles gigantes y cada vez que uno acerca la mano a un objeto, la pantalla muestra información, videos y gráficos sobre el mismo. Al final, se pueden ver todos los objetos de uso cotidiano que emplean ya nanotecnología o ingeniería genética. Aunque los peligros de estas nuevas herramientas de la ciencia son nombrados, me gustaría que les hubieran dado más lugar en la exposición.

Las salas relacionadas con las fuentes de energía aportan mucha información sobre el desarrollo de las energías renovables en Alemania. Pero también está presente la energía nuclear y uno puede entrar al núcleo de un reactor. Allí se ve el grosor de cada una de las paredes que componen la cámara. El último revestimiento de cemento y acero tiene casi un metro de ancho, así que se pueden imaginar el peligro de la radiactividad para la vida humana. También se puede aprender del problema que plantean los residuos radiactivos. A pesar que solo el 2% de la basura genera el 95% de la radiactividad, no hay en el mundo un deposito para los mismos que no tenga actividad termal. Es decir, que sea apto para su almacenamiento durante miles de años.

La sala de los premios alemanes del futuro (Deutsches Zukunftspreis) son entregados a investigaciones claves para el desarrollo de la industria alemana. Por ejemplo, el desarrollo de Biochips, Nanosensores, Biocatalizadores y sistemas de reconomiento de voz simultaneo que pueden ser embebidos en celulares.
En los pasillos del museo, distintas empresas exponen sus creaciones. La que más me gusto fue un programa de reconocimiento facial que calculaba la edad y el estado de animo. En mi caso me dio 23 años y no puede lograr que me dijera que estaba contento. Me gustaría probarlo con algunas chicas para ver qué tan bien descubre su edad.
Fotos: Deutches Museum Web Site
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