Entre aviones, cohetes, turbinas y misiles: una vuelta por el Deutsche Museum Flugwerk
A pesar que la mayoría de los visitantes eran padres con sus chicos, pase casi cuatro horas recorriendo las salas del Museo. El secreto es que cada avión, modelo, motor o misil está acompañado de una explicación de los motivos que llevaron a su creación, su uso o su funcionamiento.
Un lugar especial en el museo tienen los aviones de despegue y aterrizaje vertical. Salvo una versión de los Harriers, la mayoría nunca dejaron de ser prototipos. Esta tecnología prometía aviones que despegaran y aterrizaran desde helipuertos ubicados en las terrazas de los rascacielos. Esto iba a producir una revolución en el transporte al dejar de ser necesarios los grandes aeropuertos alejados de las ciudades. Pero los desafíos técnicos involucrados impidieron su realización. De todas formas, este tipo de proyectos ayudaron a refundar la industria armamentística alemana, destruida durante la guerra, y algunos de los inventos fueron aprovechados por la aviación civil, por ejemplo, el piloto automático.
Por ser un museo, uno espera ver aviones antiguos pero se lleva una sorpresa cuando encuentra con un modelo a escala de un prototipo de avión caza europeo que está en desarrollo. También hay varios cazas rusos y uno inglés que quizás es similar a los empleados durante la guerra de las Islas Malvinas.
El museo está ubicado en uno de los primeros aeropuertos que tuvo este país. A principios del siglo pasado el rey de Bavaria guardaba sus aviones en los terrenos baldíos donde ahora está la pista. Después de la guerra, dentro del aeropuerto funciono una escuela de aviación civil. A partir de 1933 se entrenaron allí secretamente los futuros pilotos de la Fuerza Aérea alemana.
Un lugar especial en el museo tienen los aviones de despegue y aterrizaje vertical. Salvo una versión de los Harriers, la mayoría nunca dejaron de ser prototipos. Esta tecnología prometía aviones que despegaran y aterrizaran desde helipuertos ubicados en las terrazas de los rascacielos. Esto iba a producir una revolución en el transporte al dejar de ser necesarios los grandes aeropuertos alejados de las ciudades. Pero los desafíos técnicos involucrados impidieron su realización. De todas formas, este tipo de proyectos ayudaron a refundar la industria armamentística alemana, destruida durante la guerra, y algunos de los inventos fueron aprovechados por la aviación civil, por ejemplo, el piloto automático.
Por ser un museo, uno espera ver aviones antiguos pero se lleva una sorpresa cuando encuentra con un modelo a escala de un prototipo de avión caza europeo que está en desarrollo. También hay varios cazas rusos y uno inglés que quizás es similar a los empleados durante la guerra de las Islas Malvinas.
El museo está ubicado en uno de los primeros aeropuertos que tuvo este país. A principios del siglo pasado el rey de Bavaria guardaba sus aviones en los terrenos baldíos donde ahora está la pista. Después de la guerra, dentro del aeropuerto funciono una escuela de aviación civil. A partir de 1933 se entrenaron allí secretamente los futuros pilotos de la Fuerza Aérea alemana.
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